𝗥𝗲𝗱𝗮𝗰𝗰𝗶ó𝗻 | 𝗟𝘂𝘇𝗴𝗮𝗿𝗱𝗼 𝗠𝘂𝗿𝘂á 𝗣𝗮𝗿á
𝗙𝗼𝘁𝗼𝗴𝗿𝗮𝗳í𝗮 | 𝗚𝗮𝗿𝘆 𝗢𝗿𝗼𝘇𝗰𝗼
Uyuni es viento, trenes, carne de llama, sol, desierto. Y, por supuesto, sal. Ahí estriba su esencia, su carácter, su enjundia, su belleza. Uyuni es Uyuni, aun cuando alguien haya pinchado: «Uyuni es feo con ganas».
Por eso mismo y amén de todo aquello, en 2019, antes de la pandemia, 66.278 turistas extranjeros y 39.104 turistas nacionales (105.382 en total) visitaron Uyuni, de acuerdo con datos de la Secretaría Departamental de Turismo y Cultura de Potosí, donde pertenece este municipio.
Por supuesto, el Uyuni actual dista mucho de aquel villorrio cuando fue fundado un 11 de julio de 1889. Su origen, prácticamente, se lo debe a la férrea obstinación del presidente Aniceto Arce quien no doblegó por nada del mundo su idea de crear una estación de trenes que conectase su mina de plata, Huanchaca, con el puerto de Antofagasta, adueñado hacía poco por Chile en la Guerra del Pacífico.
Así nació Uyuni. Al poco tiempo, con el tren resoplando a todo vapor, aquel escaso caserío con techos de calamina y bajo un hiriente sol, encajado en pleno desierto con vientos que soplan en todas las direcciones y congela de noche, fue multiplicando su población.
El Instituto Nacional de Estadística —INE— refiere que para 2020, Uyuni contaba con 39.494 habitantes, pero sus autoridades y su misma gente aseguran que la población sobrepasa los 60 mil.
Como sea, hoy Uyuni es el portal para acceder a lugares fantásticos que parecen extraídos de otros mundos como el Salar de Uyuni, las lagunas de colores, las aguas termales y géiseres, la Isla Incahuasi, los ojos de sal, la reserva natural Eduardo Avaroa, el desierto de Siloli, el Cementerio de Trenes, el poblado de Colchani, los volcanes Licancabur, Tunhupa, Ollague y la gran majestuosa y exótica fauna andina.
Su gente es re-amable. Si uno pregunta por alguna dirección, hasta pueden hacer un croquis para que llegues a destino. Y, en materia de gastronomía, si en Cochabamba se conquista por el estómago, en Uyuni se ama con carme de llama.
𝙇𝙖 𝙘𝙞𝙪𝙙𝙖𝙙 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙚 𝙫𝙖𝙘í𝙖
«La mitad de la población no es uyunense neta; viven acá, trabajan acá, se dedican al comercio, al turismo y a tantas otras actividades que les genera su sustento, pero cuando toca el censo, vuelven a sus comunidades y pueblos. Por eso el Censo no refleja la realidad de la población», resume el concejal Limbert Choque Manuel, de la Comisión de Desarrollo Institucional del municipio, respecto de que el INE refiere que Uyuni contaba en 2020 con 39.494 habitantes, pero la población y sus autoridades aseguran que son más de 60 mil.
El problema no es sencillo, no es sólo que Uyuni literalmente se vacía y luego se llena de nuevo, sino, ese desfaz poblacional provoca que los recursos municipales no cuadren con la realidad demográfica asentada en sus calles y en la periferia. De ahí, por ejemplo, se arrastra su eterno problema de falta de recursos para dotarse de servicios básicos.
Lo bueno es que, tanto vecinos como autoridades, concuerdan en que Uyuni está un poquito feo, pero eso no implica que le falten el respeto. Lo que sí es evidente es que urge unir todos los esfuerzos para mejorarlo en todo sentido.
Desde la Alcaldía han dicho que van a colocar toda la carne al asador para hacer realidad su alcantarillado, asfaltar sus calles, arborizar sus plazas, mejorar sus servicios de transporte, visualizar su gastronomía y promover un turismo de verdad.
𝙇𝙤𝙨 𝙩𝙧𝙚𝙣𝙚𝙨 𝙣𝙤 𝙢𝙪𝙚𝙧𝙚𝙣
Los trenes no sólo evocan la historia gloriosa de Uyuni, sino en la actualidad son un atractivo turístico que sirve de escenario natural para sesiones de fotografía, grabación de spots, tiktokeos, en fin.
En un principio fue un depósito de aquellas locomotoras y vagones que ya no servían. En la década de los 90’, cuando se consumó la capitalización, sólo fue un montón de chatarra. Sin embargo, al difundirse las fotografías que turistas extranjeros se tomaban en medio de los fierros, se popularizó como escenario natural. Está situado en las afueras de la ciudad y ya forma parte del tour obligatorio de Uyuni.
Particularidades
• Uyuni es denominada la «Hija Predilecta de Bolivia» (7 de Julio de 1983, por presidente Hernán Siles Suazo) y «Ciudad Benemérita» (1989, por el presidente Víctor Paz Estenssoro). En ambos casos por el gran apoyo de su población a los combatientes de la Guerra del Chaco.
• También se la conoce como la «Perla de los Andes».
• En Uyuni nació el compositor de lo que se considera el segundo Himno Nacional: «Viva mi Patria Bolivia», Apolinar Camacho.
Reloj alemán hace a Uyuni
Podría decirse que su simbolismo semeja al obelisco de La Paz, al Avión Pirata de Santa Cruz o al Reloj del Correo de Cochabamba, es decir, es inevitable no pasar por donde está. Fue montado por el relojero boliviano Miguel Vargas con piezas importadas de la casa Oscar y Meyer de Hamburgo, Alemania. Está situado frente de la nueva Alcaldía, cuya imagen es una de las más reproducidas para representar a Uyuni. Comenzó a funcionar el 20 de abril de 1930 y en 2016 fue declarado Patrimonio Cultural del Estado.
El tren simboliza la gloria del ferrocarril en Uyuni.
Uyuni no es tal sin su tren.
70% «vive» de la sal
«𝙎𝙞𝙡𝙖𝙫𝙞𝙙𝙖𝙩𝙚𝙙𝙖𝙡𝙞𝙢𝙤𝙣𝙚𝙨, 𝙖𝙥𝙧𝙚𝙣𝙙𝙚𝙖𝙝𝙖𝙘𝙚𝙧𝙡𝙞𝙢𝙤𝙣𝙖𝙙𝙖» expresa un viejo refrán muy aplicable a Ayuni cuya población, con semejante salar de más de 12 mil km2, lo estaba aprovechando lo mejor posible hasta antes de la pandemia.
Cada hora cambia su hermosura y emociona según el ángulo desde donde se observe. El Salar de Uyuni es fabuloso, impresionante, único, como extraído de otro universo.
Ningún atardecer es igual, ninguna hora se parece. Los que habitan a su alrededor ¿Son uyunenses o uyunianos?, pregunta alguien, dado que el paisaje pinta a extraterrestre.
A medida que se acerca el bus a Colchani, la población que oficia de ingreso al salar, comienza a avistarse en el horizonte una capa blanca desolada, a veces rosada, a veces celeste, a veces indefinible, según la inclinación del sol. En la noche, a lo lejos, esa misma línea en el horizonte brilla como un neón fluorescente recostado en el piso.
Como en la luna
De acuerdo con el historiador y documentalista, Pablo Michel, Neil Armstrong, el astronauta que encabezó el viaje a la luna en el Apolo 11, observó —desde el satélite natural— un lugar en América del Sur que parecía un espejo grandísimo, el cual le impactó de sobremanera. El astronauta decidió por ello localizar dicho «gran espejo». Lo encontró en Bolivia. Era nada menos que el Salar de Uyuni. Podría decirse entonces que Armstrong, el primer hombre en pisar la luna, fue uno de los primeros turistas en pisar el Salar de Uyuni.
70/30
En el inicio de los 90’, cuando el tren dejó de ser la gloria de Uyuni, un puñado de emprendedores apostó por construir hoteles dentro del salar, lo que despertó el interés de turistas y aventureros por doquier.
Hoy, debido a esa deslumbrante belleza del salar que atrae a propios y extraños, el 70% de la población de Uyuni vive del turismo; el restante 30% del comercio, según su alcalde, Eusebio López Martínez.
Progresión del turismo en Uyuni
2015 2106 2017 2018 2019 2020 2021
TOTAL | 99.177 | 97.245 | 98.305 | 95.562 | 105.382 | 26.484 | 8.916 |
Los extranjeros conocen más el Salar de Uyuni
2019
Extranjeros = 66.278
Nacionales = 39.104
Total = 105.382
2020 (período de pandemia)
Extranjeros = 14.997
Nacionales = 11.487
Total = 26.484
2021 (período de pandemia, hasta junio)
Extranjeros = 737
Nacionales = 8.179
Total = 8.916
En este período se mantenía el cierre de fronteras, por lo cual los hoteleros —desde fin de año de 2020— comenzaron a fomentar el turismo nacional.
Bioseguridad Hotelera
HOTELES LEGALMENTE ESTABLECIDOS | HOTELES CON CERTIFICADOS DE BIOSEGURO |
63 | 40 |
Luego de varios operativos se verificó que 12 hoteles son informales.
Bioseguridad Operadores de turismo
OPERADORAS DE TURISMO LEGALMENTE ESTABLECIDOS 2019 | OPERADORAS DE TURISMO CON CERTIFICADOS DE BIOSEGURO 2020 |
184 | 88 |
(Fuente: Secretaría Departamental de Turismo y Cultura de Potosí)
Uyuni conectado
Bastan entre tres a cuatro horas para arribar a Uyuni ya sea por el lado de Potosí o por Oruro, puesto que las carreteras son asfaltadas.
Hasta antes de la pandemia operaban dos aerolíneas: Boliviana de Aviación y Amaszonas, con vuelos desde La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Lamentablemente, el pasado 27 de agosto se dio a conocer que las dos líneas de trenes de la empresa Ferroviaria Andina «Wara Wara» y «Expreso del Sur» —con destino a Uyuni y Tupiza— suspenden definitivamente sus servicios debido a la poca afluencia de pasajeros durante los últimos años.
Los protagonistas uyunenses se pronuncian
«Vamos resolver el problema del alcantarillado y luego vamos a embellecer la ciudad pavimentando sus calles y arborizando nuestras plazas, así mostraremos una ciudad presentable y hermosa para el turista».
Eusebio López Martínez
Alcalde de Uyuni
Limbert Choque Manuel
Concejal
«Antes de la pandemia yo llevaba a uno de los hoteles diez piernas de llama, diez costillas, cinco espaladas y varias chuletas, ahora, nada. Ojalá, ya con la vacuna, podamos reactivar la economía».
Ciprián Córdoba
Strio. General Mercado Central
Patricia López
Pdte. Cámara de Operadores de Turismo Uyuni
«El turismo poco a poco se está reavivando, gracias a Dios. Antes llegaban unas cien vagonetas al día, ahora sólo seis a diez. Nos hemos comunicado con Japón, dicen que van a venir turistas desde el próximo mes».
Juan Calizaya Alí
Pdte. Asociación de Artesanos Colchani
«La situación está mejorando. Ahora estamos trabajando más con el turismo nacional. Gracias a las políticas de los dueños y el trabajo del equipo en las distintas ciudades hemos podido sobrellevar esta situación adversa».
Tamara Carballo
Gerente Hotel Palacio de Sal